martes, 1 de septiembre de 2015

Vicious (V.E. Schwab) - Capítulo VIII




VIII
Anoche
Cementerio Merit

-No eres una mala persona -repitió Sydney, arrojando tierra sobre la hierba, iluminada por la luna.- Pero Eli sí lo es.

-Si. Eli lo es.

-Pero él no fue a prisión.

-No.

-¿Crees que captará el mensaje? -Dijo ella, señalando la tumba.

-Estoy bastante seguro -Dijo Víctor.- Y si no lo hace, tu hermana lo hará.

El estómago de Sydney se revolvió ante la mención de Serena. En su mente, su hermana mayor era dos personas diferentes, dos imágenes superpuestas de manera que ambas quedaban borrosas, y la hizo sentir mareada, y enferma.

Estaba la Serena de antes del lago. La Serena que se había arrodillado delante suya el día que se marchó a la universidad -ambas sabían que estaba abandonando a Sydney en la casa vacía y tóxica- y que usó su pulgar para limpiar las lágrimas de las mejillas de Sydney, diciendo una y otra vez, "volveré, volveré".

Y luego estaba la Serena de después de lo del lago. La Serena con los ojos fríos y la sonrisa vacía, y que hacía que las cosas ocurrieran solo con palabras. La misma que atrajo a Sydney hacia un prado con un cuerpo, convenciéndola para poder enseñarle su truco, y luego pareciendo triste al hacerlo. La que le dio la espalda cuando su novio levantó el arma.

-No quiero ver a Serena.- Dijo Sydney.

-Lo sé -dijo Víctor-. Pero yo sí quiero ver a Eli.

-¿Por qué? -preguntó ella-. No puedes matarle.

-Puede -Sus dedos se crisparon sobre la pala.- Pero la mitad de la diversión está en intentarlo.

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