V
Anoche
Cementerio Merit
Golpe.
Golpe.
-¿Cuanto tiempo estuviste en prisión? -Preguntó Sydney, intentando llenar el silencio. El sonido de cavar, cuando se combinaba con la ausencia del tarareo de Víctor, no ayudaba a sus nervios.
-Demasiado -Contestó Víctor.
Golpe.
Golpe.
Le dolían los dedos -con razón- de agarrar la pala.- ¿Y ahí conociste a Mitch?
Mitch -Mitchell Turner- era el hombre gigantesco que los estaba esperando en la habitación del hotel. No porque no le gustaran los cementerios, le había dicho enfatizando. No, era solo que 'alguien' tenia que quedarse al margen con Dol, y por otra parte, había trabajo que hacer. Montones de trabajo. No tenía nada que ver con los cuerpos.
Sydney sonrió al pensar en él buscando escusas. La hizo sentir un poco mejor el pensar en Mitch, que era aproximadamente del tamaño de un coche -y podría probablemente levantar uno sin problema- siendo aprensivo con la muerte.
-Éramos compañeros de celda -dijo él-. Hay muchas malas personas en la cárcel, Sydney, y solo unos cuantos decentes. Mitch era uno de estos.
Golpe.
Golpe.
-¿Tu eres uno de los malos? -Preguntó Sydney. Sus ojos azules y llorosos le miraban fijamente, sin parpadear. No estaba segura de si la respuesta importaba, realmente, pero sentía que debía saberlo.
-Algunos lo dirían. -Dijo él.
Golpe.
Ella siguió mirándole.
-Yo no creo que seas una mala persona, Víctor.
Víctor siguió cavando.
-Es solo una cuestión de perspectiva.
Golpe.
-Sobre la prisión. ¿Te... te dejaron salir? -Preguntó ella en voz baja.
Golpe.
Víctor dejó la pala clavada en el suelo, y alzó la vista hacia ella. Y entonces sonrió, lo que ella notó que hacia a menudo antes de mentir, y dijo:
-Por supuesto.
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